San Ivón Hélory, Patrono de los Juristas, nació en Kenmartin, cerca de Tréguier de Bretaña, donde su padre era señor feudal. A los 24 años había obtenido ya títulos en filosofía, teología y derecho canónico en las mejores escuelas. Se trasladó a Orléans a estudiar derecho civil bajo la dirección del célebre jurista Pedro de la Chapelle. San Ivón empezó a practicar la mortificación y sus austeridades aumentaron. Al terminar sus estudios el archidiácono de Renes le nombró Juez del Tribunal Eclesiástico. En el ejercicio de su cargo, el santo protegió a los huérfanos, defendió a los pobres y administró justicia con tanta imparcialidad y bondad, que aún aquellos a quienes castigaba le tenían afecto. Regresó a su tierra natal y en 1284 fue ordenado sacerdote y se le concedió el beneficio de Trédrez.

Los últimos quince años de su vida los dedicó al trabajo parroquial, primero en Trédrez y luego en Lovannec, donde construyó un hospital asistiendo personalmente a los enfermos.

San Ivón recibió los últimos sacramentos en víspera de la Ascensión y falleció el 19 de mayo de 1303, a los 50 años de edad. Fue canonizado en 1347.