Moniciones Miércoles Santo – Ciclo B
Por: P. Domingo Vásquez Morales | Fuente: Catholic.net

Monición de Entrada
Es la víspera del triduo pascual, la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, y la invitación es a que sigamos en actitud de querer recibir muchas bendiciones de parte del todo misericordioso. Puestos de pie, cantamos mientras recibimos al celebrante.

Monición 1a. lectura: Isaías 50, 4-9ª No me tapé el rostro ante ultrajes
En esta lectura, Isaías nos invita a que confiemos en Dios porque él nos dará la fortaleza necesaria para que seamos profetas dondequiera que estemos. Escuchemos con atención esta lectura.

Monición al Evangelio: San Mateo 26, 14-25

El hijo de hombre se va, como esta escrito; pero, ¡ay del que va a entregarlo!
Comienza la Pasión, y Jesús comparte su última cena con sus discípulos antes de ser entregado por Judas. Puestos de pie, nos preparamos para la proclamación del Santo Evangelio.

Oración Universal

1. Por todos nosotros para que nunca perdamos la fe en el que todo lo puede, Cristo Jesús. Roguemos al Señor.
2. Por los que han perdido su fe para que en esta semana santa puedan encontrarse con el Dios de la misericordia. Roguemos al Señor.
3. Por los que sufren para que tú les puedas dar consuelo y así puedan seguir hacia delante. Roguemos al Señor.
4. Por el Papa, los obispos y sacerdotes para que siempre sean reflejos de Jesús y estén dispuestos a servir siempre. Roguemos al Señor.

Exhortación final:
Tomado de B. Caballero: La Palabra cada día, San Pablo, España, 1995, p. 164

Te glorificamos, Padre, porque en su pasión Cristo inauguró un mundo nuevo, cuyo signo es su sangre vertida; éste es el vino nuevo del banquete del reino de Dios.
Jesús no hizo alarde de su categoría divina ni exigió su derecho a ser tratado como lo que era, sino que adoptó la condición de servidor de todos, hasta someterse a la muerte, y una muerte de cruz.
Por todo ello, Padre, glorificaste a tu Hijo resucitándolo del sepulcro y dándole el nombre más sublime; de suerte que toda rodilla se doble ante él, y toda lengua proclame en todas partes:
¡Jesucristo es Señor!, para g1oria de Dios Padre. Amén