Moniciones para el Quinto Domingo de Pascua

Ciclo A Pascua

Por: P. Domingo Vásquez Morales | Fuente: Catholic.net

Entrada

Muy buenos (noches, días, tardes): la Palabra de Dios que escucharemos en la Eucarist¡a de hoy viene a diseñarnos la comunidad cristiana como un cuerpo vivo, que se organiza. Sus miembros van asumiendo diversas responsabilidades; como un pueblo sacerdotal, cuyos miembros son piedras vivas del edificio eclesial, que tiene como columna principal a Cristo Resucitado y como un grupo unido que camina hacia Dios al ritmo de la historia bajo la guía de Cristo que es el Camino, la Verdad y la Vida.

Primera lectura: Hechos 6,1-7 (Eligieron a siete hombres llenos de Espíritu Santo)

En los domingos anteriores, Lucas ha venido presentándonos la imagen y las características de la primitiva comunidad cristiana. Hoy nos presenta un naciente proceso de organización eclesial y una distribución de responsabilidades, ya que va creciendo el grupo de fe.

Segunda lectura: I Pedro 2, 4-9 (Ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real)

En la primera lectura vimos cómo la Iglesia naciente se va estructurando. En la segunda, el apóstol Pedro nos recuerda que la comunidad está  fundamentada sobre la piedra angular que es Cristo y que Pedro presenta como la “piedra viva”. También nosotros estamos llamados a ser piedras vivas en la edificación de la comunidad.

Tercera lectura: Juan 14, 1-12 (Yo soy el camino, y la verdad, y la vida)

¿Cómo podemos saber el camino? Es la pregunta de Felipe a Jesús, en el texto evangélico de hoy y puede ser la misma pregunta de nosotros. Jesús le responde a Felipe y a nosotros con dos respuestas para la historia; la primera: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” y la segunda: “Quien me conoce a mí, conoce al Padre”. Jesús es la verdad y la vida, porque es el camino hacia el Padre, que es la Vida. De pie, por favor, para entonar el Aleluya.

Oración universal

A cada invocación, respondan, por favor: “Señor, Jesús has de mi una piedra viva”

1. Por la Iglesia, por las iglesias locales y por todas las comunidades cristianas; para que alcancen la madurez en la fe, oremos.

2. Por el Papa Benedicto XVI, para que el Esp¡ritu Santo lo asista con su fuerza y con su gracia y pueda conducir la barca de Pedro por senderos seguros, oremos.

3. Por todos los que desempeñan en la Iglesia el ministerio pastoral de la palabra y de la acción caritativa; para que el Espíritu de Dios los llene de sabiduría, oremos.

4. Por los que buscan a Dios en el fondo de su corazón; para que descubran en Cristo; camino, verdad y vida, la imagen viva del Padre, oremos.

5. Por los enfermos, los sin techo, los emigrantes, los que sufren los espantos de la guerra o cualquier otra forma de dolor, para que encuentren en el Señor resucitado su fortaleza, oremos.

6. Por cada uno de nosotros, los aquí reunidos; para que encontremos en Cristo el camino, que conduce al Padre y seamos piedras vivas para construir la comunidad, oremos.

Exhortación Final

Te bendecimos, Padre, porque mediante el bautismo en Cristo nos has hecho miembros vivos de tu pueblo, la Iglesia.

Ésta no es una masa amorfa y acéfala, sino un pueblo organizado en el servicio de la palabra, de los sacramentos y de la caridad.

Gracias, Señor, porque cuentas con nuestra pequeñez y quieres necesitar nuestra inteligencia y nuestro corazón, nuestras manos, nuestros labios, nuestros pies y nuestro tiempo, al servicio de tu buena nueva de salvación y de amor al ser humano.

No permitas, Señor, que nos cerremos en la comodidad, en la apatía, en el egoísmo, en la falta de fe, en definitiva: llénanos de la fuerza del Espíritu, y cuenta con nosotros. Amén.

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 91)