En medio de una fuerte crisis en torno a la integridad de la familia, Dios Amor nos brinda nuevamente el modelo pleno de amor familiar al presentarnos a Jesús, María y José.

La Sagrada Familia nos habla de todo aquello que cada familia anhela auténtica y profundamente, puesto que desde la intensa comunión hay una total entrega amorosa por parte de cada miembro de la familia santa elevando cada acto generoso hacia Dios, como el aroma del incienso, para darle gloria.

Por ello, a la luz de la Sagrada Escritura, veamos algunos rasgos importantes de San José, Santa María y el Niño Jesús.

Hoy se celebra la fiesta de la Sagrada Familia y la Iglesia nos invita a mirar a José, a María y al Niño Jesús como modelos para la vida cotidiana.

Los tres, desde un principio, tuvieron que enfrentar peligros, carencias y dificultades. No obstante, la presencia de Dios en medio de ellos fortaleció el amor del uno al otro de tal manera que salieron adelante. Como familia santa son reflejo de la Trinidad y cenáculo del amor verdadero.

Luz para las familias de hoy

La fiesta de la Sagrada Familia, que se celebra dentro de la Octava de Navidad, es una invitación a profundizar en el amor familiar, examinar la propia situación del hogar y buscar los medios adecuados para que cada integrante, papá, mamá e hijos, se asemeje cada vez más a las personas que integran la Familia de Nazaret.

La vida familiar no puede reducirse a los problemas, que brotan generalmente a causa de nuestra fragilidad. Las dificultades mal asumidas ensombrecen los valores trascendentes y terminamos dejándolos de lado. ¡Cambiemos de dirección!

Tengamos presente que la familia es signo del diálogo entre Dios y el hombre y, por lo tanto, padres e hijos deben estar abiertos a la Palabra y a la escucha, sin olvidar la importancia de la oración familiar que sella y fortalece la unión.

San Juan Pablo II -promotor de las Jornadas Mundiales de la Familia- recomendaba mucho el rezo del Santo Rosario en familia, y repetía constantemente una frase que debe ser lema y meta a la vez: “Familia que reza unida, permanece unida”.

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