Moniciones para la Solemnidad de Pentecostés – Ciclo A

Por: P. Domingo Vásquez Morales | Fuente: Catholic.net
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Buenas noches, días, tardes:

Hoy celebramos la fiesta de Pentecostés. Creo en el Espíritu Santo, decimos en la profesión de fe. Y creer en el Espíritu Santo supone un estado permanente de revisión y renovación. Pentecostés es un buen momento para darnos cuenta quién manda en nosotros, en nuestro ser. Veamos ahora a luz de la Palabra de Dios y del encuentro eucarístico si nuestra vida está orientada por el Espíritu de Cristo o por el espíritu individualista y consumista de nuestra sociedad post-moderna.

Primera lectura: Hechos de los Apóstoles: 2, 1-11

Escucharemos un texto del libro de los hechos de los apóstoles, en cual Lucas pretende describir el acontecimiento más importante después de la Ascensión: la venida del Espíritu Santo. Esto significa el punto de partida de la misión universal de la Iglesia. Dios nos envía nos equipa para proclamar la Buena Nueva.

Segunda lectura: Primera Carta de Pablo a los Corintios 12, 3b-7.12.13

La comunidad de Corinto, a la que Pablo le escribe en esta ocasión, está pasando por dificultades: hay divisiones entre sus miembros. La lectura que ahora escucharemos nos ayudará a discernir si las formas de nosotros enfrentar las dificultades son o no del Espíritu de Cristo.

Tercera lectura: San Juan: 20,19-23

El Evangelio de hoy, narrado por San Juan, nos presenta una escena de aparición. Jesús deseándonos la paz y enviando a los suyos el don del Espíritu y enviándonos a todos los rincones y cada corazón para atar y desatar.

Para la oración de los fieles:

A cada invocación, respondan, por favor: “Danos Vida, Señor, con tu Espíritu Santo”

    • Por la Iglesia, extendida por todo el mundo; para que, impulsada por el Espíritu Santo, permanezca atenta a lo que sucede en el mundo, haga suyos los sufrimientos, alegrías y esperanzas de los hombres de nuestro tiempo, intuya los signos caritativos que debe realizar y así pueda iluminarlo todo con el Evangelio, roguemos al Señor.
    • Por todos los pueblos y razas en la diversidad de culturas y civilizaciones; para que el Espíritu Santo abra los corazones de todos al Evangelio, proclamado en sus propias lenguas, y los guié hasta la verdad plena, roguemos al Señor.
    • Por nuestro mundo de hoy, sujeto a cambios profundos y rápidos; para que el Espíritu Santo, que abarca la historia humana, promueva la esperanza de un futuro mejor y vislumbremos el gran día de Jesucristo, roguemos al Señor.
    • Por los jóvenes; para que, guiados por el Espíritu Santo, puedan responder con generosidad a la llamada del Señor en la vida religiosa y sacerdotal, roguemos al Señor.
    • Por este año dedicado a la Eucaristía para que crezca en nosotros la devoción a Jesús Sacramentado, roguemos al Señor.
    • Por nosotros, aquí reunidos; para que, iluminados y fortalecidos por el Espíritu Santo, demos testimonio de nuestra fe, roguemos al Señor.
    • Exhortación Final
    • Nuestra oración comunitaria y personal, Padre de todos,
    • es hoy de bendición, acción de gracias, alabanza y gozo
    • por los signos de la presencia de tu Espíritu en el mundo.
    • Perdona, Señor, nuestra ineficacia de cristianos cobardes,
    • y danos la fuerza de tu Espíritu para anunciar hoy a Cristo
    • como esperanza de la humanidad y verdad que vence la mentira,
    • como paz y libertad que fundamenta la dignidad humana,
    • como vida que supera la muerte, el desamor y la opresión,
    • como amor y fraternidad que derrotan al odio y la violencia,
    • como única liberación, capaz de crear personas libres que aman.
    • ¡Ven, Espíritu divino! Llena los corazones de tus fieles
    • y enciende en ellos el fuego perenne de tu amor. Amen.
    • (Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, Epaña, 1993, p. 103)
    • Secuencia de Pentecostés
    • Ven, Espíritu divino,
    • manda tu luz desde el cielo Padre amoroso del pobre,
    • don en tus dones esplendido; luz que penetra las almas;
    • fuente del mayor consuelo.
    • Ven, dulce huésped del alma
    • descanso de nuestro esfuerzo,
    • tregua en el duro trabajo,
    • brisa en las horas de fuego,
    • gozo que enjuga las lágrimas
    • y reconforta en los duelos.
    • Entra hasta el fondo del alma,
    • divina luz, y enriquécenos.
    • Mira el vacío del hombre
    • si tú le faltas por dentro;
    • mira el poder del pecado
    • cuando no envías tu aliento.
    • Riega la tierra en sequía,
    • sana el corazón enfermo,
    • lava las manchas,
    • infunde calor en el hielo,
    • doma el espíritu indómito,
    • guía al que tuerce el sendero.
    • Reparte tus siete dones
    • según la fe de tus siervos.
    • Por tu bondad y tu gracia
    • dale al esfuerzo su mérito;
    • salva al que busca salvarse
    • y danos tu gozo eterno.
    • “Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor. Aleluya”