Monición para el I Domingo de Pascua – Domingo de la Resurrección del Señor: está en pie la esperanza de los pobres
Monición de Entrada
¡FELICIDADES! Hermanos y hermanas en estas pascuas. Cristo ha resucitado y vive en medio de nostros. Así los apóstoles anunciaron la resurrección de Cristo en el contexto social y religioso del mundo judío y greco-romano, también este mensaje liberador ha de llegar al ser humano y al mundo de hoy. Puestos de pie, entonamos con alegría el canto seleccionado para empezar la celebración gozosa de hoy.
Primera lectura: Hc 10, 34a. 37-43 (Nosotros somos testigos)
Al escuchar esta primera lectura, tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles, podemos deducir que la fe en Cristo resucitado es efectivamente liberadora, porque Jesús salva al ser humano del pecado, que es la fuente de todas las alienaciones y esclavitudes. Escuchen con atención.
Segunda lectura: Col 3, 1-4 (Busquen los bienes de allá arriba, donde está Dios)
El fundamento de la vida cristiana es la identificación con la pascua, es decir, el paso de la muerte a la vida que se ha producido en Cristo Jesús muerto y resucitado para nuestra salvación. Mediante el bautismo hemos sido sepultados con Cristo, y hemos resurtido con Él. Presten mucha atención a esta exhortación paulina.
Tercera lectura: Jn 20, 1-9 (Cristo había de resucitar de entre los muertos)
La noticia central del mensaje cristiano, es que Cristo ha resucitado. La resurrección de Jesús es el misterio central de nuestra fe y el fundamento principal de nuestra esperanza de liberación total de todo lo que nos oprime. Entonemos jubilosos el aleluya para escuchar este interesante relato de san Juan, de pie, por favor.
Exhortación Final
Te damos gracias, Padre, por la resurrección de Jesús.
Un río de esperanza inunda nuestra vida desde entonces,
pero una esperanza de liberación total que no defrauda.
Estamos hartos de escuchar el reclamo de las ideologías huecas,
propaganda que no logra sacarnos de la indiferencia y la apatía,
ni al pesimismo de los que abocan la vida del hombre a la nada.
Creemos que Cristo resucitado es el centro de la historia,
La respuesta definitiva al problema del hombre y de la vida,
Porque tú, Padre, lo constituiste Salvador de toda la humanidad.
Ningún otro nos puede salvar y liberar, ¡Bendito seas, Señor!
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