Moniciones para el Décimo Sexto Domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo A
Por: P. Domingo Vásquez Morales | Fuente: Catholic.net
Buenos días, tardes, noches. Sean todos bienvenidos a la celebración de la Eucaristía de nuestra comunidad de (___________________________):
Las lecturas de este domingo nos quieren hacer una seria advertencia sobre la manera de nosotros afrontar nuestra participación en el mundo. Una manera espontánea es la de dividir a la humanidad en dos grandes bandos: los malos y los buenos. Jesús viene a instaurar el reinado de Dios, no como un juez que separa a los malos de los buenos: no excluye a nadie, todos son convocados, todos pueden entrar en él.
Que el Señor Jesús, que nos ha convocado hoy para celebrar la Eucaristía, nos abra los oídos para que podamos escuchar y comprender el mensaje de paciencia y de amor que Él nos trae en su Palabra.
Primera lectura: Sabiduría 12,13.16-19: “En el pecado das lugar al arrepentimiento”
En estos domingos Jesús viene hablándonos en parábolas para explicarnos el Reino de Dios y para hablarnos de la bondad de Dios, presten mucha atención para que escuchemos cómo un sabio del Antiguo Testamento nos habla de esa bondad.
Segunda lectura: Romanos 8, 26-27: “El Espíritu intercede por nosotros”
Escucharemos ahora un fragmento de la carta de san Pablo a los romanos, el apóstol nos hablará del Espíritu de Dios de que actúa en nosotros.
Tercera lectura: San Mateo 13, 24-43: “Parábola de la cizaña en el trigo”
Mientras la gente dormía, se coló el enemigo y, por poco echa a perder la cosecha. El domingo pasado escuchábamos la parábola del sembrador, hoy meditaremos la parábola de la cizaña. El tema de fondo es la cuestión de la coexistencia en la historia y en nuestra comunidad: los que hacen el bien y los que hacen el mal. El Evangelio nos muestra que el juicio no debe anticiparse, porque corresponde al único juez, quien lo lleva a cabo al final de los tiempos.
Oración de los fieles
A cada petición contestaremos: “Atiende, Señor, nuestras súplicas”.
1. Por el Papa N., los obispos, los presbíteros, por todos los que tienen alguna responsabilidad en la Iglesia, oremos…
2. Por los gobernantes de todas las naciones, responsables principales de la promoción cultural, del desarrollo económico y de una más jsuta distribución de la riqueza, oremos…
3. Por los que han tenido que dejar su tierra y su patria y han ido a otros países buscando una mejoría y una vida digna, oremos…
4. Por los enfermos de nuestra comunidad, por los ancianos que se sienten abandonados, oremos…
5. Por cada uno de nosotros los aquí reunidos en esta Eucaristía para alimentarnos de la Palabra y del Cuerpo y la Sangre del Señor, para que podamos fortalecer a los más débiles, oremos…
6. Por un aumento en la vocación en la vida religiosa y sacerdotal, oremos…
Exhortación Final
Bendito seas, Señor, Dios paciente y misericordioso,
porqu “tu soberanía universal te hace perdonar a todos.
Siendo soberano poderoso, juzgas con moderación y nos gobiernas
Con gran indulgencia, porque puedes hacer cuanto quieres.
Obrando así enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano,
Y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado,
Das lugar al arrepentimiento” y gratificas tu perdón de Padre.
Haz, Señor que sepamos asumir nuestras propias limitaciones
Y las de nuestros hermanos, como tú nos aceptas a todos.
Y, puesto que tu reino nos necestia como servidores invulnerables
Al desaliento, ayúdanos con la fuerza de tu Espíritu.
Amén
(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 156)
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