Moniciones para el Décimo Primer domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo A

Por: P. Domingo Vásquez Morales | Fuente: Catholic.net

Entrada

Buenas días, tardes, noches:
Ya desde el Antiguo Testamento, Dios había escogido a su pueblo y lo había levantado sobre alas de Águila. Presten atención a la segunda lectura de hoy. Jesucristo en el Evangelio escoge a doce y los envía por el mundo entero a proclamar el reinado de Dios. Los envía con u n poder gratuito y que ellos han de ejercer gratuitamente. En la segunda lectura de este décimo primer domingo del tiempo ordinario, san Pablo da la gran prueba de amor que Dios nos ha dado cuando éramos pecadores.

Primera lectura: Éxodo 19, 2-6ª: “Serán para mí un reino de sacerdotes, nación santa”

Escucharemos un texto del libro del Éxodo, nos trae la alianza entre Yavé e Israel. En la alianza Dios aparece como el superior y el Pueblo como el siervo. La alianza consiste en hacer de ese pueblo “propiedad escogida” de Dios entre todos los pueblos. De aquí surge un pueblo “consagrado”, lo que quiere decir separado y dedicado para Dios.

Segunda lectura: Romanos 5, 6-11: “Reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo”

En esta ocasión San Pablo les escribe a los romanos. El Apóstol insiste en algo que para él se ha convertido en una obsesión: la gratuidad de la fe. La certeza del hecho salvador de Cristo da validez a la fe para gloriarnos en Dios, gracias a Jesucristo, Señor de todos y nos abre caminos nuevos.

Tercera lectura: San Mateo 9, 36-10, 8-: “Llamó a sus doce discípulos y los envío”

Escucharemos un texto del Evangelio según San Mateo, que es considerado por algunos estudiosos de la Biblia como un manual del misionero. Veremos a Jesús convocando a un puñado de hombres para constituirlos heraldos o portavoces del reino que él anuncia. Llamó a los doce y les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y curar las enfermedades y dolencias. La respuesta nuestra tiene que ser esta: “desde” Dios y “para” Dios.

Para la oración de los fieles:

A cada invocación respondemos, por favor: “Señor, que seamos dóciles a tu voz”

    • Por la iglesia, enviada por Cristo al mundo con autoridad para convocar, para expulsar el espíritu del mal y curar toda enfermedad y dolencia, roguemos al Señor…
    • Por la multitud incontable de los desamparados, desatendidos, víctimas de nuestra sociedad egoísta, roguemos al Señor…
    • Por los gobernantes, responsables de proteger al débil contra el fuerte, roguemos al Señor…
    • Por nosotros, aquí reunidos, que hemos escuchado “gratis han recibido, denlo gratis”, roguemos al Señor…
    • Por todos aquellos que se dedican a la formación de los adolescentes y jóvenes, para que vivan vocacionalmente su misión y puedan transmitirles los verdaderos valores humanos y cristianos y puedan vivir su vida en clave de llamada y de entrega generosa, roguemos al Señor…
    • Exhortación Final
    • (Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 141)
    • Te bendecimos, Padre, Dios de los apóstoles y profeta,
    • por Jesucristo, tu primer enviado en misión de paz y amor,
    • para anunciar a los pobres la buena nueva de liberación,
    • para curar a los enfermos y cosechar la mies abundante.
    • Cristo Jesús delegó su misión a los suyos, a nosotros;
    • Desde entonces evangelizar es la dicha y misión de la Iglesia.
    • Jesús nos quiere disponibles, con la libertad de la pobreza,
    • Para compartir con los demás lo que tú mismo nos regalas.
    • Libéranos, Señor, de tanto bagaje y peso inútil
    • Que nos instalan y entorpecen para el anuncio del reino de Dios,
    • Para que no perdamos el ritmo andante de la misión.
    Amén.

“La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies” San Lucas (10, 1-12)