Moniciones para el Segundo Domingo de Cuaresma Ciclo A
Monición de entrada
Muy buenos (días – tardes – noches). Este segundo Domingo de Cuaresma, nos sugiere que en la vida sólo es posible la transformación, si tenemos presente la meta a la que queremos llegar. Pidamos al Señor en esta Eucaristía, que nos conceda el privilegio de que Jesús, sea nuestra meta y que podamos ser obedientes como El. Así como Abraham fue llamado, nosotros también hemos sido llamados a la vida y a la luz, que resplandece en Cristo transfigurado.
De pie, por favor, para recibir al celebrante de esta Eucaristía con el canto de entrada…
Monición a la primera lectura (Gen. 12, 1-4)
Abraham fue llamado a ser padre del pueblo de Dios y padre de la fe. Partir de su propia tierra, su patria, y su familia, fue abandonar la seguridad y la comodidad que estaba acostumbrado. Dios lo llama, él sabe que no tiene que dar un paso al vacío, sino a la plenitud de Dios. El Señor lo hace bendición para todos los pueblos de la tierra. Escuchemos:
Monición a la segunda lectura(2da. Tim. 1, 8-10)
En esta segunda carta a Timoteo, San Pablo nos comunica, que hemos sido llamados a trabajar por el Evangelio: con tesón y sin dejarnos desanimar, por los sufrimientos o vicisitudes que se nos puedan presentar. Dios nos da gratuitamente la salvación, por medio de nuestro Redentor Jesucristo, quien vino a resplandecer la vida y la inmortalidad. Escuchemos atentamente:
Monición a la tercera lectura (Mt. 17, 1-9)
Nos podemos preguntar: ¿que relación podemos encontrar entre la vocación de Abraham y la transfiguración del Señor? Nosotros, el pueblo de Dios, hemos sido llamados por El a una vocación que nos debe llevar a ser iluminados por Jesús. Al transfigurarse Jesús, los apóstoles contemplaron su divinidad. Te has preguntado: ¿a qué vocación has sido llamado por Dios? ¿Estás dispuesto a obedecer y ser fiel a este llamado? Les invito para que se pongan de pie para que escuchemos con atención la Buena Noticia de hoy.
Oración Universal
A cada invocación respondan, por favor: “Que la luz de Jesús transforme nuestras vidas”
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- Por el Papa, los obispos y sacerdotes para que anuncien el Evangelio y por medio de la luz de Cristo, nos transformemos a vivir la caridad, la fraternidad y las buenas obras. Roguemos al Señor.
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- Por los gobernantes de las naciones del mundo, para que dejen sus ambiciones egoístas y usen su poder y fuerza para garantizar paz y justicia entre los hombres. Roguemos al Señor.
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- Por los niños y los jóvenes, para que la luz de Cristo les ilumine y encuentren su vocación de católicos prácticos, en la vida religiosa o sacerdotal. Roguemos al Señor.
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- Por todos nosotros, los aquí presentes: para que podamos centrarnos en el tema de esta Cuaresma y así vivamos este tiempo de gracia con más entusiasmo y dedicación. Roguemos al Señor.
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- Por todos nuestros enfermos y ancianos: para que nuestras oraciones y nuestras visitas a ellos les ayude a vivir mejor esta cuaresma. Roguemos al Señor
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- No se olviden de orar por las vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal
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- Exhortación Final
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- (Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 59)
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- Dios de nuestros padres, te bendecimos agradecidos
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- porque el mensaje de la transfiguración de Jesús, tu Hijo,
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- anticipa su gloria luminosa de pascua de resurrección.
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- Tal esperanza alienta nuestra vida errante, especialmente
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- cuando esta presenta el lado hiriente de la cruz con Cristo,
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- cuando nos cercan la oscuridad y la duda, el temor y la fatiga.
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- Entonces Jesús, como a los apóstoles en el Tabor, nos dice:
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- Levántense, no teman; yo estoy con ustedes en el camino,
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- y en la raya del horizonte despierta ya la aurora pascual.
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- Haz, señor, que cumplamos la condición de la fe que nos pides,
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- escuchando a Jesús y siguiendo sus huellas con alegría.
- Amén.
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