Monición para el Trigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo C

Moniciones para la Misa.

Por: P. Domingo Vásquez Morales | Fuente: Catholic.net
Tiempo Ordinario – Ciclo C

31o. Domingo: La pequeña figura de un gigante

Monición de entrada:

Estamos ya en los últimos domingos del año litúrgico. Una vez más la palabra de Dios nos habla de la presencia y el amor de Dios hacia nosotros. La sabiduría en el viejo testamento, poco a poco, reveló esa presencia reconciliadora. Cristo, como Hijo del Padre quien buscó y salvó a los pecadores, manifestó de esta manera el gran amor misericordioso de Dios. Agradecidos por la presencia de Cristo entre nosotros en esta Eucaristía, nos ponemos de pie para recibir la procesión con el canto de entrada.

Primera lectura: Sabiduría 11, 23-12, 2 (Dios se compadece porque ama a todos los seres humanos)

El autor del libro de la Sabiduría nos presenta a Dios actuando en la historia con inmenso poder y a la vez con gran compasión y misericordia. Como un padre, Dios corrige al pecador para que se aparte del mal y crea en El y viva. Escuchemos esta lectura que nos relata la gran misericordia divina.

Segunda lectura: II Tesalonicenses 1, 11-2,2 (Oración de Pablo por los fieles de Tesalónica)

La segunda lectura de hoy nos presenta a San Pablo orando por los fieles de Tesalónica. En su corazón, Pablo pide que sean fieles a su vocación cristiana para que así se manifieste la gloria de Dios. Escuchemos.

Tercera lectura: Lucas 19, 1-10 (Cristo salva lo perdido. Conversión de Zaqueo)

En el evangelio según san Lucas, se habla de la visita de Jesús a casa del jefe publicano llamado Zaqueo. Cristo toma la iniciativa y se invita. Su presencia es motivo de gozo y de conversión. Que la palabra de Dios sea la salvación y el principio de conversión para cada uno de nosotros. Escuchemos la Buena Nueva de hoy, pero antes entonemos el Aleluya.

Oración Universal:

  • Por la Iglesia de Dios, para que siempre busque a los pecadores y les perdone. Roguemos al Señor.
  • Por los gobernantes, para que agoten todos los esfuerzos y recursos para conservar sano el ambiente y la naturaleza que Dios nos ha regalado. Roguemos al Señor.
  • Por los pecadores, para que escuchen la palabra de Dios, se arrepientan y respondan a la gracia que Dios les concede. Roguemos al Señor.
  • Por los empresarios y toda persona que tenga empleados, para que pague salarios justos y. como Zaqueo, devuelvan los agravios que hayan cometido. Roguemos al Señor.
  • Por nosotros, los aquí presentes, para que no prestemos atención a los falsos profetas modernos y permanezcamos fieles a nuestra vocación cristiana y al mensaje recibido. Roguemos al Señor.

    Exhortación Final

    (Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 593)

    Es justo alabarte, Dios de la ternura y de la misericordia,
    porque, al provocar Jesús la conversión del publicano Zaqueo,
    diste pruebas fehacientes de creer en el hombre a pesar de todo.

    Nosotros somos muy dados a juzgar negativamente a los demás,
    pero tú muestras una tolerancia y comprensión sin límites,
    proclamando para hoy la salvación de los hombres y los pecadores.

    En este día, Señor, tú nos invitas a cada uno de nosotros
    a dar abundantes frutos de la nueva justicia de tu reino.
    Concédenos imitar la pedagogía de Jesús para salvar lo perdido;
    y haz que en el camino llevemos el corazón libre de lastre
    para ser mensajeros alegres de tu liberación del hombre.

    Amén.